Historia

Diversos culturas fueron testigos de los distintos usos que los tatuaje tuvieron a lo largo de la historia. Veámos algunas de ellas:


Polinesia

Es la región en la cual se dio lugar al nacimiento de esta técnica. El tatuaje era utilizado como ornamentación corporal y tenía un gran sentido comunal. Más allá de su sentido estético, el tatuaje confería jerarquía y respeto a aquellos miembros de las tribus que tenían el valor para someterse a esta práctica. Además, los maoríes utilizaban el tatuaje en las batallas, ya que intentaban, a través de los dibujos que llevaban en su piel, intimidar a sus enemigos.

Egipto

Para los egipsios, el tatuaje tenía funciones protectoras y mágicas. Este carácter sobrenatural que se le otorgaba, era muy común entre las culturas de esa época.

En su mayoría, la práctica del tatuaje estaba relacionada a las mujeres.

América

En América del norte, los indígenas usaban los tatuajes para proteger el alma de aquellos pequeños que tenían que afrontar el ritual de paso. El mismo, se llevaba a cabo cuando la persona pasaba de la pubertad a la adultez .

En América central, las tribus utilizaban los tatuajes a modo de conmemoración de los caídos en batalla y como forma de adoración de los dioses.

Oriente

El tatuaje llega a Japón en el siglo X a.C. y recibe dos usos. Por un lado, los sectores más poderosos de la cultura nipona lo utilizaban como ornamento corporal. Mientras que, por otro lado, diversos sectores sociales asosiaban el tatuaje a una "marca de vergüenza" que se les hacía a los delincuentes para ser identificados.
Es en el año 1842 cuando el emperador Matsuhito decide prohibir ésta práctica. Esto sucedió porque el país, que estaba interesado en adquirir un lugar a nivel mundial, no deseaba transmitir una imagen barbárica a sus
posibles aliados económicos.


Occidente

Las expediciones del capitán James Cook a las islas de la Polinesia fueron el punto de partida para que el tatuaje arribara vía marítima en Occidente. En estas expediciones los marineros tuvieron contacto con diversas tribus que fueron las encargadas de “enseñarles” el arte de tatuar.

A su retorno, los marineros decidieron popularizar la disciplina entre los sectores populares. En 1870 se abre en New York lo que aparentemente fue el primer estudio de tatuajes.

Durante la Guerra de Secesión el arte del tatuaje experimentó un gran crecimiento y popularización. Fellows, Hildebrandt y O'Reilly, el inventor de la máquina de tatuar, fueron los encargados de hacer de la práctica tatuadora una profesión.